Descripción
La interpretación con sistemas computacionales interactivos ofrece oportunidades atractivas para nuevos paradigmas de creación musical, especialmente a través de novedosas interfaces que pueden facilitar las interacciones físicas, cognitivas y sociales ampliadas con el sonido. Sin embargo, lo novedoso presenta desafíos. A menudo, los diseños son motivados por una técnica de percepción, un conjunto de gestos o un objeto físico que requieren que el diseñador cree un mundo sonoro adaptado a la nueva interfaz y que defina la relación de este con la interfaz – un proceso que denominamos mapping. Si bien este enfoque puede ser eficaz, podría sugerir un desafío mayor: sin el contexto conocido que proporcionan las convenciones musicales, los creadores de nuevas interfaces musicales se ven obligados a inventar una práctica de interpretación para cada diseño nuevo. Una consecuencia de la noción de “instrumento compuesto” es que la música interactiva sufre de una falta de repertorio. Más allá de ser meramente un conjunto de composiciones disponibles para los intérpretes, el repertorio brinda un panorama de puntos de referencia estéticos, un mapa compartido entre los intérpretes, compositores y públicos en el cual se pueden situar las presentaciones individuales. Mediante ejemplos de interpretaciones recientes de obras de John Cage, ofrezco un enfoque para la creación de nuevos instrumentos musicales e interfaces que responde a un repertorio de composiciones y estilos. Si bien nuestro campo suele retratarse como una síntesis interdisciplinaria de arte y ciencia, yo sugiero la oportunidad de un enfoque interdisciplinario alternativo para la música interactiva que incorpora la investigación humanista a la estética de las prácticas musicales anteriores y contemporáneas. Dicho enfoque puede servir de antídoto a la necesidad imperativa de una evaluación técnica como medida de valor y legitimidad, a la vez que incita a los compositores a considerar formas de describir o especificar nuevos instrumentos musicales e interfaces en las partituras – una práctica mediante la cual el campo puede comenzar a desarrollar un repertorio.