La ponencia analiza el proceso creativo del proyecto Emovere: Cuerpo, Sonido y Movimiento, dirigido por Francisca Morand y Javier Jaimovich, considerando sus lugares y modos de creación interdisciplinarios.

En Emovere, se enfatizó el hecho de que los estados emocionales se encuentran relacionados a expresiones fisiológicas que son captadas mediante el uso de la tecnología, para desarrollar un modelo interactivo que contempla danza, sonido y visuales. A través de esta captura e interacción, el montaje genera un espacio sonoro y visual específico que se produce a partir del movimiento de los intérpretes, donde se expanden los límites del cuerpo y se genera una corporalidad específica. Los distintos estados emocionales adquieren, entonces, otras propiedades sonoras, visuales y corporales, alcanzando, de este modo, un correlato del orden de lo sensible y una cualidad estética particular que solo es posible por la interacción del conjunto de los elementos en juego. Se generan, de este modo, nuevas formas de aparecer y de experiencia, en la medida en que se estimulan otras lógicas perceptivas.

A raíz de lo anterior, desde una perspectiva externa al proyecto, en tanto posición etnográfica, se busca analizar el tramado de los diversos procedimientos, con énfasis en la danza, que tuvieron lugar en el laboratorio interdisciplinario de creación de Emovere. Cómo se generó una nueva cualidad sensible y estética de la emoción considerando la relación entre danza y tecnología; qué materialidades estuvieron en juego y cómo fueron entretejidas; qué metodologías se utilizaron y en qué consistieron los distintos lugares de creación, son algunas de las preguntas que han guiado el presente trabajo.