Este escrito presenta un resumen de las estrategias utilizadas en el diseño y composición de interacciones cuerpo-sonido para el proyecto Emovere. El documento es una traducción de un artículo presentado en la conferencia NIME 2016, donde se puede encontrar una versión más extendida de esta materia.

Sobre señales fisiológicas y su uso como indicadores emocionales

Para Emovere, los intérpretes trabajaron con una técnica de inducción emocional llamada Alba Emoting. Éste es un método desarrollado para ayudar a reconocer, inducir, expresar y regular seis emociones básicas: miedo, tristeza, erotismo, alegría, ternura y rabia. El entrenamiento consistió, en forma muy resumida, en introducir a los intérpretes en patrones de postura, respiración y faciales asociados con cada emoción. El objetivo detrás de este método de abajo hacia arriba (bottom-up) es que el sujeto pueda reproducir el estado corporal que está conectado con cada emoción básica y así, ayudarlo a inducir y vivenciar estas emociones. Alba Emoting trabaja con cinco niveles consecutivos de intensidad para cada emoción, siendo el nivel uno el más bajo y el cinco el mayor. Por ejemplo, un nivel cinco del patrón corporal asociado a la rabia requiere un mayor tono muscular, una expresión facial más intensa y un ciclo respiratorio más pronunciado que un patrón corporal en nivel uno.

Al trabajar con señales fisiológicas como indicadores emocionales, uno de los mayores desafíos proviene del hecho que sistemas fisiológicos tienen múltiples funciones en el cuerpo humano. Esto implica que un mismo evento emocional puede presentar bajos niveles de repetitividad en la respuesta fisiológica. Es más, las emociones son en parte el resultado de un estímulo novedoso; lo que, por consecuencia, implica que un mismo estímulo no resultará en una misma respuesta a lo largo del tiempo. La siguiente figura, describe tres posibles inductores de variaciones fisiológicas:

Movimiento Coreográficos: Trabajo físico del intérprete que tiene una influencia en variaciones fisiológicas. Ej. trabajo muscular al realizar un movimiento que genera actividad EMG, aumento de frecuencia cardíaca al realizar trabajo aeróbico prolongado.

Inducción Voluntaria: El intérprete, al adoptar uno o más patrones corporales de inducción por Alba Emoting, genera una variación directa o indirecta en su configuración fisiológica. Ej. patrón respiratorio influye en variaciones del pulso cardíaco. Ej. tono muscular de rabia o miedo influye en lecturas de EMG.

Inducción Involuntaria: El intérprete, al estar inducido o expuesto a diferentes estados emocionales, realiza ajustes involuntarios en sus señales fisiológicas. Ej. Stress de función en vivo aumenta tono muscular, incidiendo en lecturas EMG. Ej. Erotización del intérprete produce un aumento de la frecuencia cardíaca.

Modos de Interacción

La premisa para el proyecto Emovere es que las señales fisiológicas de cuatro intérpretes sean las que impulsen y modulen el ambiente sonoro de la obra. Para lograr esto, se utilizaron señales de actividad muscular mediante la medición de electromiograma (EMG) y de actividad cardíaca mediante electrocardiograma (ECG). Tres sensores EMG se posicionaron en los bailarines, dos en sus bíceps y uno en su músculo cuádriceps femoral. El sensor de ECG se posicionó sobre el corazón de cada intérprete.

Estas señales son pre-procesadas, donde se busca eliminar ruidos eléctricos y componentes exógenos, como artefactos que pueden ocurrir por el movimiento de los electrodos. Cabe señalar que para el trabajo con bailarines, resultó especialmente complejo lidiar con la sudoración de sus cuerpos, ya que ésta, después de un tiempo de actividad física prolongada, era capaz de producir un cortocircuito entre los electrodos de los sensores dejando las señales inutilizables. Este problema se tuvo que sortear modificando los sensores para agregarles material absorbente, lo que permitió alargar su tiempo de uso. Pero además fue un tema recurrente en la composición coreográfica, ya que se tuvo que modificar y tener en consideración este factor para el orden de las distintas secciones de la obra.

Una vez que se extraen características significativas de las señales pre-procesadas, tales como frecuencia cardíaca de la señal de electrocardiograma o tensión muscular de la señal de electromiograma, viene la fase de mapeo de parámetros. Ésta consiste en vincular el comportamiento de una o varias de estas características a uno o varios parámetros sonoros de un Objeto Sonoro. La forma en que esta vinculación está diseñada la hemos denominado un Modo de Interacción, y para la obra Emovere se desarrollaron cuatro modos de interacción.

Los modos de interacción fueron diseñados a partir de un proceso de observación de las cualidades de movimiento originadas desde el Alba Emoting, y mediante una metodología heurística de prueba y error. Entre los elementos que motivaron su diseño, influyó significativamente las sesiones de laboratorio donde se probaban y evaluaban distintas estrategias que surgían desde propuestas dancísticas o sonoras.

A continuación, los cuatro modos de interacción utilizados en Emovere serán presentados y descritos:

Capas

Inspirada en los cinco niveles de intensidad que fueron explorados y asimilados por los intérpretes con la técnica de Alba Emoting, un modo de interacción que fue diseñado y propuesto que fuera capaz de integrar la tensión muscular del cuerpo de los bailarines para recorrer distintas capas de objetos sonoros. Estos objetos sonoros se diseñaron de manera que aumentaran su intensidad y complejidad a medida que se incrementaba la cantidad de capas involucradas.

Una extensión de este modo se diseñó para facilitar la integración de los cuatro bailarines en escena, permitiendo que los cuatro cuerpos pudieran estar conectados a un solo objeto sonoro. Para lograr esto, se dividió el objeto sonoro en bandas de frecuencia que estaban asignadas a los distintos intérpretes.

Eventos

Una característica similar emergió de las cualidades de movimiento producidas por dos emociones básicas: rabia y miedo. Al trabajar las inducciones de estas dos emociones, los intérpretes tendían a movilizarse de manera rápida y abrupta, mostrando un aumento general en su tono muscular. La señal de electromiograma de estas conductas presentaba a su vez un comportamiento errático, con descargas de energía que no siempre estaban correlacionadas con el movimiento de algún brazo o pierna. Basado en estas lecturas, e inspirado en parte por la reacción de lucha o huida asociada a estas emociones, se diseñó un modo de interacción que permitiera trabajar la imprevisibilidad y el aumento de energía de estas emociones.

Voz y control

Uno de los elementos que apareció durante las sesiones de Alba Emoting y de laboratorio de este proyecto fue el uso de la voz de los intérpretes como material de trabajo sonoro. La técnica de inducción emocional trabajada por los intérpretes involucró un manejo de patrones respiratorios distintivos para cada emoción. En muchas de estas instancias, los ejercicios de inducción incluían sonidos vocales y respiratorios que ayudaban a expresar y profundizar la emoción trabajada. Esto motivó la idea de experimentar con improvisaciones vocales y lecturas de textos bajo distintas emociones, lo que resultó en un banco de materiales sonoros de alta riqueza timbrística y expresiva. Lo anterior trascendió a dos componentes fundamentales del diseño sonoro de la obra: por un lado se trabajó con el material vocal grabado en estudio de los intérpretes en la construcción de múltiples objetos sonoros de la obra, y por otro lado se diseñó un modo de interacción específicamente para trabajar con la voz en vivo de los intérpretes.

El modo de interacción para voz y control se diseñó para poder capturar las voces de los intérpretes en escena y traspasar inmediatamente este sonido a su propio cuerpo. Los intérpretes podían así modular sus propias voces utilizando técnicas de síntesis granular que desordenan y mezclan el archivo de sonido con su registro vocal.

Pulso y biofeedback

La frecuencia cardíaca de los intérpretes medida durante las sesiones de laboratorio presentó un amplio rango, llegando incluso, en el caso de uno de nuestros intérpretes, a oscilar entre 55 y 130 pulsaciones por minuto. Esto, como se mencionó anteriormente, no puede ser atribuible únicamente a variaciones del estado emocional, sino también a actividad física y patrones respiratorios que tienen directa incidencia en la frecuencia cardíaca. No obstante, el sencillo ejercicio de escuchar los latidos de un intérprete mientras se auto inducía estados emocionales resultó ser una experiencia atractiva y con gran carga expresiva. La amplificación de este proceso íntimo e interno, el cual (generalmente) está oculto a los otros, motivó el diseño de un modo de interacción exclusivo para trabajar con los latidos del corazón y emociones básicas. El objetivo de este modo fue permitir que los intérpretes pudieran experienciar distintos niveles de intensidad de emociones básicas con la amplificación de sus latidos, creando un bucle de biofeedback. Los latidos de los cuatro intérpretes fueron trabajados como un solo instrumento, gatillando una serie de sonidos percutidos y sostenidos. La composición sonora se enfocó en un trabajo más reactivo que interactivo, ya que los intérpretes no estaban voluntariamente controlando el resultado sonoro.

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