Emovere: Cuerpo, sonido y movimiento

¿Qué es una emoción?: ¿un estado del alma?, ¿un estado de ánimo?,¿una sensación física?

La obra Emovere toma como eje central la “emoción” para generar una obra interdisciplinar que, utilizando procesos corporales, construye una poética escénica a partir de una reflexión sobre la biología de la emoción, entretejiendo los diversos materiales y procedimientos corporales, subjetivos, dancísticos, sonoros, visuales y tecnológicos que fueron emergiendo dentro de un laboratorio de creación interdisciplinar.

En el origen de la palabra emoción está el movimiento, el cambio, la transición: “emovere,” que significa desplazar, movilizar, sacar al cuerpo de su estado, es una obra que invita a reflexionar en torno a la naturaleza y subjetividad de la emoción humana. Con las emociones, el cuerpo se pone en acción: el corazón late, palpita, se agita, detiene y decae; las palmas transpiran; los músculos se tensan y relajan; la sangre se detiene; las caras se sonrojan, ruborizan, fruncen el ceño, sonríen. La emoción es todo esto y mucho más: son revelaciones del estado de la vida en el seno de todo el organismo; son la expresión de la lucha por el equilibrio, muestra de los ajustes y correcciones exquisitas para mantener al organismo íntegro.

Emovere radica en la intersección entre la exploración de patrones corporales de distintas emociones y la captación de las señales eléctricas producidas por el sistema nervioso a través de sensores fisiológicos. Las variaciones corporales de los intérpretes, atravesados por emociones y movimientos, alimentan un diseño interactivo que genera y modifica el universo audiovisual de la obra. El cuerpo de los intérpretes se presenta como un flujo de información, vibraciones, señales, gestos y tensiones, afectado por la amplificación de sus procesos internos, al mismo tiempo que acciona y modifica un ambiente en constante movimiento, desplazado e impredecible.

La obra utiliza la medición de bioseñales tales como frecuencia cardíaca y tensión muscular de intérpretes de danza para modular ambientes sonoros. Las bioseñales son capturadas por sensores fisiológicos que miden los minúsculos cambios eléctricos producidos por el sistema nervioso de los intérpretes, para después ser enviadas en forma inalámbrica a un computador donde son procesadas y mapeadas a diversos materiales audiovisuales.

El proceso creativo comprometió 18 meses de ejecución en la búsqueda de generar material de creación artística desde el cruce de diversos materiales y procedimientos corporales, subjetivos, dancísticos, sonoros, visuales y tecnológicos que fueron emergiendo dentro de un laboratorio de creación interdisciplinar, incluyendo el desarrollo de una línea teórica y un seminario de Alba Emoting (sistema de inducción emocional). Este proceso culminó en una obra escénica y varias actividades académicas de extensión y difusión. Emovere ha sido patrocinado por fondos de la Vicerrectoría de Investigación y Creación, Iniciativa Bicentenario Juan Gómez Millas y Fondart Nacional 2015. Emovere se presentó en una temporada en el Centro Cultural Gabriela Mistral en octubre del 2015, además de funciones en la Sala Escénica de la Universidad de Playa Ancha, Valparaíso.

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